Okkoto, también conocido como Okkotonushi, es uno de los personajes que encontramos en la obra maestra de Hayao Miyazaki: La Princesa Mononoke, un film de animación tradicional japonesa estrenado en 1997. Puesto que no quiero destriparos la película, que si no habéis visto, ya tardáis, tan solo añadiré que este viejo Dios Jabalí tiene un papel bastante importante en la trama de la misma. Se trata, sin duda del más viejo de los miembros de la Tribu de los Jabalíes, algunas fuentes hablan incluso de 400 o 500 años de edad. Este Inoshishi Gami no es un jabalí normal, pues su tamaño es gigantesco. Originario del bosque Shishi Gami, decide reclutar a sus congéneres tras la muerte de Nago (Dios protector del bosque) e iniciar una lucha, que él mismo reconoce inútil, para erradicar la presencia humana en la región. Es terco, pretencioso y al contrario que Moro, su predecesor, no confía tanto en el Espíritu del bosque, pero sabe reconocer la verdad. Por este motivo, pese a ser contrario al Clan de Moro, es capaz de aceptar que San le guíe en la batalla, puesto que es ciego.
El pequeño Okkoto
Como fan de Studio Ghibli, y enamorada de la musicalidad de esta palabra, no pude evitar llamar así a mi pequeña cobaya, un regordete que ahora tiene unos siete u ocho meses, y que adopté al poco de la repentina muerte de Koda (Kodama) una de mis cobayas. Okkoto es el miembro más joven de mi Coby-Tropa, un macho de unos 800gr (y subiendo) de pelaje color Agoutí dorado (con predominancia del negro) y con unas rosetas muy graciosas que hacen que aparente un tamaño mayor. Las cobayas con este tipo de rosetas reciben el nombre de Abisinas. Al igual que su tocayo animado, es un ejemplar cabezota y desconfiado, aunque muy achuchable y cariñoso no obstante.
Actualización
Siento que debo hacer una pequeña actualización, para informaros de que esta semana, (concretamente el martes 4 de febrero 2020) Okkoto ha decidido cerrar sus ojitos y descansar tras casi 8 años disfrutando de su compañía. Justo ahora, que mi hija de 19 meses había descubierto que tenemos cobayas y que son pequeños animalitos acuchables que molan mucho. Tendríais que verla, grita de alegría cada vez que ve a las bobayas, es un amor.
Siento mucho su pérdida, no tenéis ni idea de cómo se hacen querer estos pequeños! Pero sus últimos días han sido muy duros. Con una artrosis severa que apenas le permitía caminar, y una piedra en la uretra que no quiero ni imaginarme cuánto le dolía… ahora ya descansa.
DEP Okkoto, nunca te olvidaremos.
Publicado originalmente el: 15 Diciembre 2012 a las 00:53. Editado 7 de Febrero 2020 a las 12:53.