Diorama casero de The Legend of Zelda: The Windwaker como centro de mesa

Cuando las cosas se hacen con cariño, se nota. Eso es lo que hemos intentado con el siguiente centro de mesa realizado desde cero. Cuando encontramos el recipiente de cristal, a Silvia se le ocurrió una excusa perfecta para montarnos nuestra propia isla al más puro estilo Windwaker.

Para tal fin, nos dispusimos a recopilar los materiales que serían necesarios para esta curiosa manualidad. A pesar de que nos costó lo nuestro, al final decidimos ponernos manos a la obra y tomarnos muy enserio la hazaña.

Varias figuras y un destino

Todo comenzó hace varios años, cuando yo mismo adquirí en Ebay un conjunto de figuras articuladas de The Legend of Zelda: The Windwaker estilo Lego. Mi objetivo era el de, en un futuro próximo, montar algo tematizado de mi juego favorito aprovechando las figuras y los complementos que había conseguido. Más de tres años en el armario dentro de sus plásticos de fábrica han valido la pena.

Las figuras presentan un sencillo y curioso mecanismo mediante el cual, si giras su torso, también se mueven los ojos. Con este detalle y la posibilidad de mover sus pequeños bracitos y añadir algunos complementos al conjunto, las posibilidades son prácticamente infinitas.

Las herramientas: nuestras propias manos, tijeras y algunos elementos básicos. Arenas color crema y verde, una bola extraña de plástico cuyo objetivo es servir de planta esférica decorativa, gravilla azul y blanca para acuario, y uno conjunto de Cactus naturales se encargan de definir la escena. Una vez terminado el trabajo estamos realmente orgullosos del resultado. En el escenario pueden verse a Link junto a la misteriosa Tetra. En la parte más alta del conjunto, la curiosa Abril está dispuesta a divisar en la lejanía el horizonte en busca de alguna isla misteriosa, haciendo buen uso de su catalejo favorito.

El resultado final lo podéis observar en estas tres fotos, donde os enseñamos nuestro centro de mesa desde varios puntos de vista. Era el elemento friki que nos faltaba en el salón para que estuviera completo.